viernes, diciembre 12, 2008

CINE Y COMERCIO: Primera parte, el comercio sólo participa

EL COMERCIO EN EL CINE

A pesar de la importancia que el comercio tiene en nuestras vidas este protagonismo no se ha trasladado de una forma tan patente al cine. Es complicado encontrar títulos en los que el comercio, ya sea como escenario en el que transcurre la trama o como elemento que hace avanzar la propia historia, tenga un papel principal. Tan sólo el comercio más ilegal tiene un auténtico espacio en el séptimo arte, comercio de armas, personas o el más popular de todos, droga.

En este análisis, que no crítica, de cine queremos mostrar algunos ejemplos de cómo se ha visto el comercio en el séptimo arte y hemos procurado seleccionar unas pocas en las que su presencia es algo más representativa, ya fuera como escenario o como actividad.


EL COMERCIO COMO ESCENARIO:

Un comercio tiene la ventaja de que es un entorno que todos conocemos, si nos paramos a pensar raro es el día en el que no se entre dentro de uno de estos establecimientos, forman parte de nuestra vida y de nuestras rutas diarias por pueblos y ciudades.

Ubicar la acción de una película en un comercio tiene la gran ventaja de que ayuda a hacer más cercanos a la historia y a los personajes, siempre nos será más fácil identificarnos con una persona que está en un comercio que con un lejano y galáctico personaje de una película de ciencia ficción.

Los cineastas son conscientes de este hecho y los comercios como escenario se han utilizado para “acercar” las historias al espectador, los personajes se hacen más reales, más próximos, podemos llegar incluso a entender el porqué de sus acciones y el origen de sus motivaciones, es un recurso al realismo que usado bien puede ser realmente efectivo.

Ejemplo de este tipo de películas puede ser “La estanquera de Vallecas” en la que el drama, tanto de los atracadores como de las víctimas se hace más cercano porque transcurre en un comercio, en un estanco concretamente.

En el otro extremo está el recurso a la parodia, del mismo modo que un entorno habitual puede ayudar a hacer más real una historia ese mismo recurso, usado en clave de humor, puede hacer más absurda la trama, aumentando su gracia al sucederse situaciones imposibles en una localización posible. Como ejemplo de comercio histriónico podemos citar “La pequeña tienda de los horrores” tanto en su versión de 1960 como en su reestreno como musical en 1986. En ellas se relatan los sucesos imposibles que acontecen en una pequeña floristería.

Por último hay una categoría especial de comercio usado como escenario, es el caso en el que el propio comercio es una estrella que tiene sus cinco minutos, o más, de fama dentro de la película. Se trata de cameos hechos por comercios que existen en el mundo real y que, por decirlo de este modo, se interpretan a sí mismos dentro de las películas. Uno de los más famosos es la tienda de juguetes en la que Toma Hanks tocaba con los pies un piano gigante en la película “BIG”, esta tienda existe, se llama Fao Schwarz y está en la 5ª avenida de Nueva York, el piano se conserva dentro del establecimiento y se puede visitar, y tocar por supuesto. Este comercio es un punto turístico señalado de esta ciudad y es visitado al año por miles de turistas.

LA ACTIVIDAD COMERCIAL COMO TRAMA:

COMERCIO ILÍCITO:

Ciertas historias utilizan el comercio como forma de elaborar la trama que desarrolla la película, la actividad comercial va ligando a los personajes y sirve para construir una narración que enlaza hechos, acontecimientos y personas.

Como ya hemos señalado antes es generalmente el comercio ilícito el que más aceptación encuentra en su adaptación al cine, este tipo de actividad se presta mejor a la creación de personajes y a su segregación en los necesarios “buenos” y “malos” que permitan la subsiguiente confrontación.

Infinidad de cintas tienen el tráfico de drogas como asunto principal, por señalar una mencionaremos “TRAFFIC”, en la que es el comercio de la droga el que sirve de nexo de unión entre los personajes, les motiva y justifica su forma de actuar.

COMERCIO INJUSTO:

Otra de las modalidades de comercio que se usa como asunto principal de algunas películas es aquella en la que los bienes son legales, pero en la que no lo es la forma en la que se realiza el comercio, es precisamente este aspecto que hace al comercio injusto sobre el que se centrará la trama y que se materializará finalmente en la forma de filme denuncia.

Así, como ejemplos de este tipo de películas encontramos “Señor de la Guerracentrada en el comercio de armas, no necesariamente ilegal ni ilícito, pero no por ello menos letal.

Centrándonos en otra denuncia encontramos “Diamante de sangre” en la que retrata un comercio en principio legal, el de los diamantes, pero basado en este caso en el mantenimiento de situaciones de esclavitud y guerra que aseguran que el suministro permanezca en manos de aquellos que quieren asegurarse el control de este producto.

EL ÁNSIA DEL MONOPOLIO:

Dentro del la categoría de películas en las que el comercio es la trama hay uno que destaca porque existe un malo malísimo, por lo general importante empresario, que es el líder en un mercado determinado pero que quiere controlarlo entero, no dudando para ello en usar todos los medios a su alcance, ya sean legales o no.

Las películas de James Bond se han basado en este argumento en infinidad de ocasiones cambiando únicamente el producto objeto de comercio pero manteniendo siempre la misma trama, así por ejemplo en "James Bond contra Goldfinger" el producto es el oro, en "Panorama para matar" son los microprocesadores, en "El Mundo nunca es suficiente" es el petróleo y sucesivamente.

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